PRIMER TRABAJO - abril 2020
Relacionado con nuevo espectáculo que comenzamos a pergeñar en el año 2019
PATIO DE CONVENTO o ( El conventillo de doña Luisa)
Transcripción del mensaje enviado a todos los integrantes del Proyecto:
¡Hola a todos!
A pedido de las autoridades de PAMI tenemos que realizar actividades a través del grupo por whatsapp. Será una forma de mantenernos activos y comunicados. Es por eso que se nos ocurrió que, de acuerdo al personaje que tiene cada uno en el Convento, imaginen y nos escriban:
1) ¿Dónde nació, en qué lugar?
2) ¿Cómo eran su casa, sus padres, sus primeros años?
El que tenga ganas y se anime puede seguir escribiendo, el que no, será suficiente que responda a estas preguntas. Les pedimos que nos manden sus escritos a grupo de chat en el Whatsapp “MUSIJOL OFICIAL” durante esta semana. Será una manera en que podamos continuar trabajando luego de la cuarentena. Les mandamos muchos cariños, los extrañamos y les pedimos que se cuiden mucho.
Por orden de aparición en la obra teatral:
BOHEMIO.Ernesto Mincioni (Ernesto)
Me llamo “Bohemio”, o por lo menos es así como todos me llaman. Me habitué tanto a el apodo, que con el transcurrir del tiempo, casi ni recuerdo el nombre que me pusieron mis padres. Me llamo “Bohemio” y siento orgullo de así me llamen. Lleno mi cabeza de pájaros y de ilusiones; amo la vida y tener largas horas trasnochadas, nunca con mujeres baratas y conservando una línea de conducta. Me gusta versear; para mí la existencia es una poesía y ella me atrapa y me inmiscuye y me introduce a comentar lo que sucede tras las paredes de mi conventillo. ¡Ah! Para informar mejor, sé que mis padres fallecieron en un accidente cuando era muy chico y que me recogió un tío que me tuvo poco tiempo a su cargo, le gustaba mucho la “francachela” y yo le resultaba un estorbo. Así pasé a manos de un tano amigo suyo que me trajo al conventillo. Aquí recibí cariño y crecí conviviendo con tanos, gallegos, turcos y de otras nacionalidades. Así pasé a ser el querubín de los nostálgicos extranjeros y al crecer entreverarme con los guapos porteños, aprendiendo sus mejores costumbres y sus “enriedos”. Tal vez mi existencia se resuma en esos versos finales que interpreto en el “convento”: Yo soy parte de este barrio Y en el mismo me he curtido Es el paisaje querido Del que nunca yo reniego, Guapo, varón y compadre Y bastante mujeriego.
LECHUZA: Osvaldo Ángel García (Osvaldo)
Soy Hilario, me conocen como el Lechuza. Nací en el hospital Sardá allá por 1900 y pico, hijo de madre soltera. Ella cantaba en un bodegón de la Boca. Vivíamos en un inquilinato de la calle Olavarría. Me crié con toda clase de gente. Al perder a mi madre ya solo y sin trabajo me acordé cuando en Carnaval me disfracé de ciego y caminando por el corso me llenaron la lata de monedas. Así comencé y llegué al convento de la Luisa. Al verme así vestido se çonmovió y me alquiló una pieza a compartir con el Manco. Después se agregó Samuel. Todos me creían ciego y eso me hizo ver como era cada uno. Todos querían mostrarse. Estaban las gallegas que eran costureras, los tanos que vivían discutiendo, la turca Nadira y María que cuando lavaban la ropa bailaban y el Manco que era quinielero, también Ivonne, una francesa que estaba poco. Yo tenía el cariño de todos y eso me daba felicidad
MERCEDES: Rosa Belardita (Rosa)
Soy Justa Mercedes Alvear Anchorena. Me horroriza el conventillo. Busco a mi hijo, Alfredito, estudiante de abogacía. Está entusiasmado con una chinita. ¡Desagradecido! Baila Tango… ¡Qué lo pierdo… lo pierdo... me desmayo! MANCO: Roberto Fernardino (Roberto) Yo soy Isidro García. Nací en un conventillo de La Boca en 1908. Siendo apenas un purrete, mi padre, que era punguista, me llevaba como distracción para robarle a la gente. Como yo no quería, él me mandó a trabajar. Así empecé, lustrando zapatos y haciendo mandados. Ya más grande, esas changas no me daban para ir a vivir solo. Empecé entonces a hacer lo que había aprendido de mi padre, en lo que era muy bueno. Por eso me gané el apodo de “el Manco”. Pero terminé mal y fui a parar a la gayola, donde aprendí todo tipo de artimañas y formas de esquilmar a la gilada con cuentos del tío. Cuando me largaron se me dio por levantar quiniela, porque es una contravención que si se complica. Cuando mucho te pasás unos días en la comisaría. Si le tirás unos mangos al comisario, no te molestan mucho y hasta te piden que cantes unos tanguitos. Tengo un amigo en el Convento, el Lechuza, que finge ser ciego, y nos ayudamos cuando alguno de los dos está en problemas. Como no me gusta levantarme temprano, me la rebusco con esto para no laburar. Tengo muchos clientes entre los vecinos del conventillo. Todos son muy buena gente. (Isidro es el nombre de mi padre y de mi abuelo y García el apellido de mi madre)
LUISA: Margarita Serra (Margarita)
Soy Doña Luisa, mujer con carácter, laburadora y ambiciosa. Nací en este Convento. Mis padres italianos que vinieron a la Argentina en busca de trabajo y prosperidad. Mi madre limpiaba casas, zurcía, lavaba, planchaba para la gente de bien. Yo la acompañaba y trabajaba a la par. Mi padre tenía un mateo. Mañana, tarde y noche recorría la ciudad llevando de un lugar a otros pasajeros y así juntando moneda tras moneda se compro el Convento. No fui a la escuela pero aprendí a leer algo y escribir... ¡Bueno!... poco. Cuando tenía alrededor de trece años nació Rosalía, mi hermanita. Al poco tiempo pierdo a mi madre y después a mi padre. Me hice cargo de todo, crié a Rosalía. Mi mayor ambición era casarla con un niño de la alta sociedad, futuro doctorcito en leyes. Rosalía no lo quería, se había enamorado de un inquilino, el judío… y se casaron dejándome sola, lidiando, controlando todo este Convento, lleno de toda clase de inquilinos, vagos, laburantes, compadritos y… Bueno… aquí estoy en el patio con mi escoba, añorando mis recuerdos. Te extraño, Rosalía. Se feliz.
SAMUEL: Ludovico Pedro Nanut (Pedro)
Me llamo Samuel Pretsele. Soy hijo de Jacobo y de Rebeca. Nací en Israel. Con mi primo Abrahann nos fuimos a Galitzia un pueblo de Ucrania, pero yo no conseguía trabajo y mi primo me dijo que vaya a la Argentina para trabajar con mi tío Simón que vende telas en el Once. Despues de catorce días de viaje en barco fui a parar al convento. Me atendió la “siñora” Luisa. Le pregunte si tenía una “biecita” para alquilar. Me dijo que sí, pero la tenía que compartir con señor Manco y el ciego Lechuza. Buena gente.
ROSALÍA: Beatriz Susana Ferrero (Susana)
Yo, Rosalía, soy hermana de Luisa, dueña del Convento. No sé cómo llegamos ahí. Mi hermana nunca me contó. No sé si tendremos una buena historia, si sé que mi nombre lo heredé de mi abuela materna que se llamaba Rosalía. Esta hermana me quería casar con Alfredito porque estudiaba para abogado. ¡Figurate, Rosalía con un abogado!... Pero no era mi gusto hasta que alquiló Samuel, un judío que me cautivó… Y entre miradas y miradas nos enamoramos a pesar de Luisa, y nos casamos… ¡Pobre Alfredito!
NADIRA (TURCA): Liliana María Nievas (Lili)
Me presentó Nadira Balgihan. Nací en un pequeño y bello pueblo pesquero de Kas, en la región de Antalya, Turquía. Rebelde y sin entender el sometimiento de la mujer, ya mayor, decidí conocer otras culturas. En mi largo viaje una compañera me habló de Argentina y así llegué al Convento. Al escuchar música típica árabe, recuerdo mis orígenes y danzo al universo. (Lugar y apellido son reales, de mi bisabuelo)
MARÍA: Marisa Jaime (Marisa)
Me llamo María… María Barrionuevo. Mi apellido me lo pasó mi patroncito, porque era esclava y gracias a que me dieron mi libertad, pude ir al convento que tanto quería. Por las mañanas lavamos la ropa con mis compañeras de pieza. Al sentir los tambores mis caderas se mueven solas, de saber que es mi gente que está disfrutando de un candombe, ¡sentimiento de paz y libertad!
PEPA: Ana María Kimelmaller (Annie)
¡Hola! Yo soy Pepa. Para más datos, Josefa Mouriño, pa’ servirle a ustedes. Me vine de La Coruña en la bodega de un barco gracias a un viejo marinero amigo de Pa y Ma. Ellos me empujaron a la Argentina. Decían qué acá viviría bien. A los diecisiete años caí en este Convento qué me alberga desde hace trece años. Aprendi a coser con mi amiga Carmiña con quien estamos peleándola todos los días por un manguito para sobrevivir pero siempre qué puedo bailo y canto con mi pandereta.
CARMIÑA: Marta Isabel Falcone (Lita)
¡Hola, hola y olé! Yo soy Carmiña, llegué a América, Argentina, Buenos Aires, con mi “apá” Paco de Lucía (cualquier semejanza es pura coincidencia), mi “amá” Conse de la Mirándola, bueno… le decían Mirándola porque se la pasaba mirando y no compraba nada, y mis dos hermanas, La Pepa y la polluela Isabel. Llegamos al puerto de la Boca, sus casas todas pintadas de varios colores. Bueno, nos alojamos en un conventillo, así le decían porque albergaba a mucha gente. Su dueña era Doña Luisa, una tana con mucho carácter pero buenos sentimientos. Mi “amá” se dedicó a la costura… ¡pobre gallega! todo el día sentada en la máquina para poder progresar. Nosotras también aprendimos a coser… bah, la Pepa y yo porque la polluela Isabel se la pasaba cantando, quería ser artista. En el Convento, así se llamaba, vivía toda clase de gente y de varios países, emigrantes. Estaba la turca, que bien bailaba, la mulata con sus candombes, algún que otro tránsfuga… ¡ah!... el lechuza que se hacía el ciego para ligar unas monedas, y la francesa Ivonne, que salía de noche y volvía al medio día, nadie sabía de qué trabajaba… No quiero pasar por chusma pero que me intriga. ¡Me intriga! Y así entre guapos y maleantes logramos convivir como una gran familia. ¡Y viva España, coños!
ISABEL: Gloria Fabani (Gloria)
Soy Isabel, la gallega cantaora. La tierra que me vio nacer… Galicia, España. Fui la menor de mis dos hermanas. Me crié en un hogar humilde, pero con mucho amor. Nuestros padres, fueron los precursores, con sus enseñanzas, en la honestidad y el trabajo, para que fuéramos personas de bien. Durante mi infancia, mis padres decidieron que viajemos a América en busca de nuevos horizontes… Buenos Aires, Argentina. Llegamos al conventillo de la Boca llamado El Convento. Todo fue distinto para mí, pero me adapte escuchando la música y los cantos… En mi floreció el querer cantar, en mi ser... y cuando canto me siento muy feliz...
MALDONADO: Oscar Roberto Sili (Oscar)
Yo soy Natalicio Maldonado... hijo de Tiburcia Leiva y Alejo Maldonado… La vieja lavaba y cosía para afuera. Ella nos dejo temprano, nos dejo, y al viejo lo mató la policía en un choreo en el bajo Flores. Me crié en un orfanato hasta los 16 años luego caí al convento y los mayores me bancaron. Trabajo de sepulturero en la Chacarita… Estoy bien. Me enyunté con la Rosita después que la Amalia se piantó con un chabón de mucha guita... Con la Rosita se “queremo” mucho, se “queremo”... Pa’ lo que guste, Natalicio Maldonado, pa’ lo que guste...
GUAPO: Enrique Luque (Enrique)
Soy amigo de Maldonado y su barrita. Y aunque nací en verdad en un conventillo de posta en Villa Urquiza, siempre me gustó bailar y cantar para mis amigos.¡¡Y al Pituco de Alfredito ya le “vamo’” a enseñar cómo se baila el dos por cuatro y la milonga, le “vamo’”!! ¡¡¡”Se” le vamos a enseñar, “se”iii
ASUNTA: Selva Moyano (Selva)
Y yo soy la Asuntita, extrañando mi Italia querida, pero me vine a la América dejando mi pueblito en la montaña, “alora” estoy en la Boca, en un conventillo y tengo a pepino, muy bueno pero un poco “vaco”. Quisiera decirles que yo soy de Chieti en un pueblito llamado Archi que es donde están los abruzzes. Muy bello con sus montañas, con su nieve y extraño a la “mia mama” que se quedó allá esperándome. Pronto iré a visitarlos… lo que pasa es que la Argentina me atrapó, “ma” estoy en un conventillo con otros paisanos que me recuerdan a mi pueblito, cuando salía con las cabras a “pastoreare”. Nunca salía sin medias, era como un pecado, la “mama” se “enocaba”. Recuerdo que íbamos a llevar las aceitunas, “ma” nos daban el aceite de oliva para nuestras pizzas, la casa era de piedra, los animales estaban “abaco” y nosotros en el primer piso. ¡Cuántos recuerdos! A mí me llamaban la “bunyarda” que en el dialecto abruzzes quiere decir muñeca.
PEPINO: Miguel Ángel Bermello (Miguel)
Yo soy Pepino, nací en la Boca, mis padres eran de Calabria, éramos 5 hermanos, un hogar humilde, nos faltaba de todo, pero sobraba amor de mí vieja. Mi padre era un tano bravo, pobre, no tenía la culpa. Venía de una guerra. Y acá estoy, vendiendo verduras como mí viejo, y arrastrándole el ala a Asunta.
POLICIA: Roberto Galizia (Beto)
Acá yo soy la autoridad. Recorro el barrio de arriba a abajo y sé que en el Convento hay gente buena pero también varios pillos haciendo de las suyas. Me llamo Aureliano Gómez, tengo 44 años, nací en Almagro y de chico me “codié” con varios malandras. Donde yo piso trato de poner orden y justicia, como lo hacia mi viejo. Desde chiquito aprendí a obedecer, por eso a los desacataos los llevo a la gayola pa’ que aprendan.
FORTUNATO: Carlos Manuel Martín (Carlos)
Mi nombre es Fortunato Gardés, nací en Buenos Aires aunque mis viejos vivían en el "Docke". Viví allí hasta los seis años, después quisieron que estudiara en Capital, y fui a vivir al Convento, a la pieza de mi abuela. Como era muy “cholula” de Gardel me decía que tenía un parentesco lejano con el zorzal, cosas de abuelas babosas, pero despacito me fue acercando al tango. Pasó el tiempo del estudio y el trabajo, alternando con presencias en clubes, bailes, boliches y piringundines, despuntaba el vicio de cantar. Sigo viviendo en el mismo conventillo, ahora le estoy tirando el lente a una vecina "franchuta". El otro día hice que no la vi y tropezamos en el patio. La intención era iniciar el chamuyo, conversamos un rato, luego le pedí si me daba clases de francés, me contestó: "Si, lo espero en mi piecita a las cinco a tomar el té”, y arreglamos el precio. Le dije que tenía una canción para dedicarle y ahí no más, en el patio del Convento le cante el tango "Madame Ivonne", que es su nombre de pila. Llevaba un chal que me enroscó al cuello y me llevó a la restauración, como se imaginarán yo me negaba, pero después de tanto insistir acepté. No esperen que les cuenten el detalle, porque, un caballero que se precie de tal, no puede poner en boca de la gente el honor de una dama, mutis por el foro. ¡"Salute"!
IVONNE: Mirta Yerba (Mirta)
Hola. Soy Ivonne, hija única de Noel y Marion. Nací en Marsella, frente al mar. Mi padre pescador y madre enfermera. Fui muy feliz jugando en la playa junto a mi padre. Al ver el horizonte quería conocer más allá. Y llego el amor, y con él, poder cumplir mi sueño, un argentino guapo y seductor. Y corrí tras él. Vine a América… Argentina. Juntos vivimos el fuego sagrado de amarnos, y fui feliz con el compadrito. Pero se cansó de mí. Se fue con Colette, otra francesa. Aquí estoy sola. En el Convento mi vida no la conocen, no saben bien lo que hago... no confían en mí, no saben de qué me ocupo realmente y bueno... de algo hay que vivir y pagar la pieza… lo demás... no lo saben.
AMALIA: Olga Celina Strube (Olga)
Soy Amalia, hija de una familia acomodada... buena casa, buena ropa, colegio de monjas... pero todo muy severo... Un día, por una amiga, conocí a un galán cantor, simpático, con lindos ojos y dulces palabras... Para mis pocos y soñadores años me enamoré y, pese a mi familia, nos casamos... Mi esperado hogar sólo fue una pieza de conventillo con el baño en el fondo y compartido por todos los que allí vivían. Gente buena pero distinta… Sólo Luisa, la dueña, escuchaba mis penas y era mi amiga... A Natalicio le gustaba mucho cantar pero poco trabajar y nunca supe de qué… ¡Era todo tan escaso! Así un día que salí a una compra mis maltratados zapatos me hicieron caer en la calle. Caída vi a alguien que bajó de un coche, amable, bien vestido, atento, educado. Hablaba como yo... Era Quesada.... Resumo. Me fui con él. Dejé a Natalicio y ese horrible lugar… Él me tiene como una reina. Atrás quedó todo… mi amiga Luisa... y mi gran y único amor.
ROSITA: Josefina Di Maio (Josefina)
Hola, soy Rosita. Mi infancia transcurre en un convenillo de la Boca con sus casitas pintadas de colores hasta que apareció Maldonado, un tangero de ley. Fuimos felices hasta que volvió Amalia, la chiruza. Ahora se la da de fina, me quiere quitar a Maldonado, pero conmigo no va a poder… ¡Ja, ja, ja, ja, j, ja! ¡Dale, Negrito! Un corte y una quebrada.
QUESADA: Emilio Walter Vera (Emilio)
Soy Quesada. Un día salía de Las Violetas y cuando subí al coche, el chófer me mostró una mujer caída en la vereda. Parecía una paloma asustada. Bajé del coche y la ayudé a levantarse. Le dije: ¿Qué pasa, caen ángeles del cielo? Se sonrió. Era Amalia. La llevé a su casa, un viejo conventillo de La Boca. Noté enseguida que ese no era su lugar. Pasado un tiempo logré sacarla de ahí para darle el hogar que merecía. Pero sé que no tengo su amor, sé que me quiere pero es difícil, le gusta pasear por La Boca y con la escusa de ver a su amiga Luisa quiere visitar el conventillo. Me duele, pero sé que ahí está su verdadero amor, pero me tengo fe y ese cantorcito ya tiene una chiruza, parece que es bailarina. Voy a luchar y conseguir el amor de Amalia.
FILOMENA: Rosa María Papaianni (Pochi)
Soy Filomena Tolosa Villanueva, cómo verán por mis apellidos no nací en el Convento. Los malos negocios de papi nos trajeron hasta aquí. En realidad, el viejo perdió todo en codillo, punto y banca, monte y truco. Vivíamos en mansiones, dábamos grandes fiestas con lo mejor de la aristocracia. Ahora que se casa la hermanita de la dueña pensaron en mi cómo la “wedding planer”, o, en criollo, la que organiza la fiesta. ¡Ya verán que glamour le pondré a este casorio!
Conclusión
En el marco del aislamiento decretado por el gobierno, en relación a la pandemia por Coronavirus, a partir de mediados de marzo de 2020, el Proyecto MUSIJOL ha continuado su tarea utilizando medios electrónicos, vía whatsapp específicamente. Haciendo un poco de historia, desde mediados de 2019, el grupo comenzó a ensayar y dar forma al texto “Patio de Convento”, el cual transcurre en un conventillo de La Boca, entre las décadas 1930-1940. Allí conviven personas de variada nacionalidad y características, y es en ése patio donde confluyen romances, peleas, encuentros y desencuentros. También en el cual cantores y bailarines despliegan sus talentos. Dadas las circunstancias explicadas al inicio y, ante la imposibilidad de continuar con el trabajo presencial de cada semana, el Equipo pensó en la posibilidad de ahondar en cada personaje de manera individual, reforzando la idea de sus antecedentes y circunstancias: ¿De dónde vengo? ¿De dónde soy? ¿Cómo fueron mis primeros años? Y de ésta forma ir construyendo una identidad, una carnadura propia que aproxime una cierta trayectoria para su llegada al conventillo. Dado que MUSIJOL es un grupo bastante numeroso, con 30 integrantes, resulta casi imposible que TODOS cuenten con personajes protagónicos. Sin embargo, se ha podido concretar que cada uno de ellos tenga un personaje propio, en el cual pueden volcar (así lo han hecho en verdad) historias personales y familiares, nombres de abuelos, recuerdos infantiles. Así, cada uno va tomando envergadura, tiene un motivo y algunas razones que lo impulsan y dirigen su accionar. Creemos que trabajar en éste sentido, ahondando y poniéndose en la piel de “su” personaje, mientras cada uno va elaborando e internalizando lo que le sucede a “los otros”, redundará en algo beneficioso a la hora de retomar los ensayos del MUSIJOL. Es bueno destacar que fue excelente la recepción que todo el grupo tuvo con ésta tarea, inventando y escribiendo sus historias vía grupo de whatsapp, cumpliendo además en tiempo y forma. Gran desafío nos plantea éste momento: continuar ideando actividades que sostengan y profundicen los objetivos del Proyecto.
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